La brisa abrió los ojos y dejó de volar
Y caminó con piernas hechas de sueños bellos,
Se acercaba despacio, con pasos elegantes
Y sus pies desnudos, brillaban como luceros.
Más arriba se formó su cintura de mar
Una curva leve en el camino de los sueños
Y su vientre se hizo una almohada de marfil
Para poder oír los latidos de su seno.
La brisa se hizo rostro y mostró sus soles negros
Endulzando el tiempo del que mira sus albores.
Los magos tatuaron en su piel a la belleza
Y al cerrar los ojos, nace la luna en la noche.
La brisa dejó de volar y se hizo mujer
Caminó por un arco iris hacia el mar azul
Sin olas, en calma y sereno, de tiempo eterno,
La brisa hoy no es brisa, hoy la brisa
¡eres tú!
¡eres tú!
(THANTALAS)
La brisa, ese ente que acaricia el rostro con dedos suaves y que provoca tantas sensaciones agradables se hace mujer. Es una idea muy romántica, desde luego. He imaginado al viento hacerse cintura de mar que dibujan curvas de sueños en el camino hasta la almohada de marfil que permita seguir soñando. También me ha parecido muy sensual los pasos elegantes de las piernas y los pies desnudos brillando como luceros. La primera estrofa resulta del todo sugerente sobre esta metamorfosis de la brisa en una mujer. Y ¿qué decir del final? Aquí dejo una brisa de dulzura del Maestro:
ResponderEliminar¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
En mi pupila tu pupila azul.
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía eres tú.
Hoy la brisa, ¡eres tú! ¿Quién mejor que una mujer para ser esa caricia dulce y suave que el viento produce en el rostro y en la piel?
Un besito grande, Kanet, tu amigo del alma ya se ha desatado definitivamente y queda esperar que el paso del tiempo mueva este globo que habitamos para que se aleje de él. Casi mitad de julio, algo es algo, noviembre se ve algo más cerca... Te deseo un fin de semana maravilloso.
La sensación que otorga la brisa que vuela en libertad besándote el rostro resulta inigualable y difícil de acercar a aquellos que jamás han dedicado un minuto de su existencia a intentar percibir semejante sensación. Creo que si uno cierra los ojos ante cualquiera de los abismos que nos regala la naturaleza (sea en el mar o la montaña) resulta sencillo abandonarse en alma y sentirse volar enredada entre los brazos de esa brisa que nos transporta a lugares anhelados.
ResponderEliminarBesos y buen fin de semana.