Como todos, tengo mis propios demonios,
oscuras sombras que me taladran el cerebro
y me quitan el sueño.
Al amanecer los maldigo mil veces
por el descanso que me han robado,
haciendo que durante el día
me vaya cayendo al sentarme aquí y allá.
No duran mucho sobre mi,
busco la forma de sacudírmelos
y mandarlos bien lejos para que no vuelvan
apoderarse de mi sosiego.
Y ahí es donde entras tú,
siempre tan cabal,
tan listo a prestar ayuda a tu dama
para que nada la perturbe,
ni siquiera unos traviesos demonios
aburridos de su vida entre penumbras.
(Kanet)
Ojalá no te importunen más.
ResponderEliminarBesos exorcizantes.
La verdad es que no, no me maltratan mucho jajajja, no pueden conmigo, aunque en ocasiones lo intentan.
EliminarFeliz noche Toro, besitos muasssssssss