Imagen cedida por Luis Gispert
del blog Un soñador por las cumbres
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Con una algodonosa bruma
se despierta el día,
y tras despejarnos prontamente
decidimos arriesgarnos.
Nuestro camino es largo,
aunque tenemos todo el día
para disfrutar de cada rincón,
de cada recoveco.
Con ilusión y con el ánimo encendido
andamos ya desde el inicio
por entre jirones de densa bruma,
que nos envuelve con sus gélidos dedos.
A nuestros ojos se dibujan
fantasmagóricas siluetas,
pues la nieblina transforma
árboles, matojos, rocas...
En seres que parecen tener vida propia,
ansiosos de satisfacer sus más oscuras ansias
de poseer cálidos cuerpos
de donde aprovisionarse de energía.
A cada paso que damos
ella se retira dejándonos el camino libre,
en verdad que no es tan valiente,
nuestro valor la desgarra.
Nuestra ascensión se va haciendo
lenta pero constante,
las horas transcurren apacibles,
sin cambio alguno.
Sólo en las horas más álgidas del día
esta parece del todo vencida,
ya casi nada queda,
ya todo resplandece.
(KANET)
Hola Kanet!! Excelente poema, nos describes cómo vencer un día de invierno con la esperanza y la fortaleza. Incluso hasta la neblina y el frío huyen a nuestro paso.
ResponderEliminarMe pregunto en que pensaste para escribir el poema?? Muy bueno y sobre todo tierno.
Hasta pronto, que estés bien!!!
Que maravilla de poema, amiga Kanet. Espléndido. Y gracias por mostrar mi foto. Si alguna vez te gusta otra, cógela.
ResponderEliminarUn beso,
Luis.
Me gusta la bruma en parte porque te acoge y te esconde, la veo más como refugio que como amenaza y a su abrigo, aunque gélido, se puede pensar de forma intima.
ResponderEliminarBesos.
Kanet, estás haciendo el camino de Santiago????
ResponderEliminarPide por mí!!!
Bss...
Felicitaciones al autor de esa imagen y concuerdo en lo que transmites con tus letras de hoy, amiga: nada más hermoso que adentrarse en un mar brumoso, desconociendo loq ue se esconde al otro lado y soñando que se adentra uno a mundos desconocidos y sin duda mejores que este nuestro.
ResponderEliminarAludiendo a lo que dice Cari, una vez hice el camino de Santiago y debo decir que es una experiencia recomendable, más allá de las creencias religiosas resulta una experiencia digna de vivir.
Besitos y que tu semana esté siendo buena, mariposita.
Pocas experiencias hay más agradables que pasear entre una bruma de dedos gélidos. Y si ya es por paisaje como el de la fotografía, entonces podemos echarnos la mochila a la espalda y empezar a soñar. Y creo que el mieod se vence con la compañía de seres afines a uno mismo que compartan el paseo, o si éste se hace en soledad, los habitantes del bosque nos echarán una mano para que los acechos que se esconden y atacan aprovechando la densidad de la bruma, no tenga éxito en su enmienda.
ResponderEliminarEs bello es poema de hoy, mariposita azul. Muy frío y natural. Perdona las horas de mi comentario, hoy sí que no soy nadie. El sábado algunos malagueños locos perdidos haremos una ruta por el cementerio inglés de Málaga y asisteremos a varias conferencias donde se contarán las leyendas del camposanto. Está en ruinas y sin embargo, aún se levanta las lápidas entre una suerte de bosque tupido en el que se ha convertido. Será de noche, el momento ideal para una actividad así y ojalá estas brumas nos acompañen. Ya contaré la experencia.
Besitos (cansados ^_^) de buenas noches. Dulces sueños.