12 julio 2012

Mediterráneo, depurador de lágrimas.


Tú, que tantos lamentos has oído,
eres fuente de lágrimas serenas
y han nadado entre tantas lunas llenas
que hoy son fiel reflejo del olvido.

Hoy hay sueños que sobre ti han construido
aquellos que lloraron sus sirenas
y en tus aguas vertieron tantas penas
y en tu brisa encontraron su latido.

En cada atardecer el sol presagia
un lienzo de obligado contemplar,
llenándomos de paz que se contagia.

Y en las almas perfumadas de azahar,
las manos se entrelazan con la magia
del elixir azul de nuestro mar.

11 comentarios:

  1. Esta noche estoy un tanto bipolar. Le he dicho a Kanet que la entrada la pondría mañana y entonces, me he acordado de un soneto que tenía desde hace tiempo y que me apatece mucho compartir con todos ustedes.

    Kanet y yo compartimos muchas cosas, muchas afinidades, y las vistas y sonidos del Mar Mediterráneo.

    Conozco las bondades del Océano Pacífico y del Atlántico. También la belleza infinita del Mar Cantábrico. Pero mi compañero desde un tiempo que alcanza al recuerdo de mi memoria, ha sido el Mar Mediterráneo. En él he vertido palabras, he vertido versos, y he visto que otros, han vertido hasta lágrimas. He visto depósitos de flores y promesas lanzadas a su espuma blanca y hermosa. Y he visto sueños edificarse, algunos cumpliéndose, otros, lo más, no.

    Dicen que si el atardecer en el mar no te estremece, es que no eres romàntico. A mí me estremece y no soy romántico. Así que supongo que una vez más, la gente habla demasiado. Pero la sensación que ofrece escuchar el silencio del romper de las olas, bien merece un soneto, dos o los que sean, por la paz, por la belleza, por el tiempo que llene tu vida de la manera que sea.

    Por eso, cada atardecer el sol presagia un lienzo de contemplación obligada para el que quiera, sentir más allá de lo físico, una paz inexplicable. El mar no escucha, las palabras que le dedicamos los aprendices (sobre todo en tiempos de la adolescencia ignorante) se ahogan en sus profundidades, convirtiéndose en secretos que serán secretos hasta el final del tiempo, si es que existe el final del tiempo.

    Un homenaje a un compañero. Que su brisa llegue a todos ustedes y os transmita un mensaje que, sin duda, hará brotar una sonrisa de complicidad en sus labios.

    Gracias.

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  2. Hola mi querido Juanjo, yo no sé con que quedarme, si con el soneto o con tu comentario. Los dos son realmente buenos.
    Discrepo cuando dices que no eres romántico, pues realizas algunas veces unas liras y unos romances que nosotras nos quedamos clavadas en el sitio, al menos yo.
    Cierto que no nos ofreces tales cosas a menudo pero yo creo que si lo eres. Ya sé que lo vas a negar jeje
    También es cierto que compartimos muchas cosas, pues los dos nos bañamos los pies en nuestro mediterráneo, nos acaricia la misma brisa de levante y nos acerca sus aromas de mar adentro pero también tantísimas más cosas y lo digo con orgullo y entusiasmo.
    En cuanto a tu soneto, pues el mar ha sido el parche de mucha gente, hemos ido allá, a su vera y nos hemos dejado llevar, embelesados por el vaivén de sus olas, como el gesto de unas manos que nos son tendidas para recibir lo que gustemos de entregarle, pesares, dudas, reflexiones, incertidumbres, etc... y en ese estado de recogimiento encontrar ese momento de paz que tanto anhela el alma en ocasiones.
    Si se escucha bien, se puede percibir su respuesta, su consejo, él no resta indiferente a nuestras visitas.
    Un atardecer en la playa, es una estampa que cuesta de olvidar, aunque por la situación de nuestro mar, no hay atardeceres que caigan en él, sino en nuestros montes, pero yo sí he visto atardeceres cayendo en el mar y es espectacular.
    No sé con que me quedaría, si con atardeceres o con amaneceres, aunque puedan parecer lo mismo, no lo son.
    Con el atardecer se va lo vivido ese día, ya forma parte de nuestro pasado, el cual ya no tiene remedio alguno. Con el amanecer, nuestro sol se levanta poderoso y orgulloso para abrazarnos un día más.
    Todo me indica que por mucho que creamos que se ha terminado todo, todo vuelve a empezar nuevamente.
    Creo que me he extendido demasiado, pero es lo que hace que no haya más comentarios que "contaminen" mi pensar de lo que he leído de ti, mi querido poeta sureño.
    Gracias por este aporte, "extra" según tú, es totalmente bienvenido.
    Besitos azules de buenas noche querido amigo, me encanta irme a la cama oliendo a azahar, las que traen tus letras esta noche, es el aroma de tu tierra, muassssssssssssss

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  3. juanjo es todo un honor leerte saludos

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  4. Estoy profunda e irremediablemente unido al Mediterráneo.

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  5. Kanet:

    Poco más que añadir a tu comentario tan certero y adecuado al Mar que baña nuestras vidas.

    Lo del tema "romántico" sería un debate intenso. Pero créeme que no, que lo único que me llama la atención son los detalles que veo en el cine y leo en las novelas. Luego, el mundo no está preparado para serlo. Y mejor así. Créeme.

    Algo tendrá el mar, algo tendrá... que reúne a tanta gente cada tarde. Y cada mañana. Y es cierto que no es lo mismo un atardecer y un amanecer, pero yo, debido a mi condición de ser nocturno, aunque cada vez vaya equilibrándose la balanza más, lo entiendo al contrario que tú. Para mí el atardecer es el comienzo del tiempo de la magia del día. Cuando el cielo se oscurece y las sombras envuelven la existencia, es cuando mejor capto los mensajes y transmito una historia. Sin embargo, cuando amanece y tu amigo del alma dice "aquí estoy yo", la energía se va por el cerro de übeda más lejano y entro en un letargo donde lo intento y casi "siempre" no puedo.

    Me sigue pareciendo extraño contestarte en tu casa ^_^. Pero como de costumbre, recibir un comentario tuyo es todo un honor y privilegio.

    Besitos grandes, mariposa azul. Gracias por tu tiempo y tu espacio. Y que tengas el mejor de los días posibles.

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  6. Carlos:

    El honor de recibir el tiempo de los demás a los intentos de contar historias, es mío. Y estoy muy agradecido por ello.

    Saludos cordiales y mil gracias de nuevo.

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  7. Sergio:

    Ya somos tres, y sospecho que hay muchísma gente más. No hay más que ver como se pone en los meses de estío y a cuanta gente atrae desde lugares alejados.

    Gracias por tu tiempo y participación.

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  8. Juanjo, no se te ocurra llorar dentro del mar... nooooo, hay demasiada sal y te escocerán los ojos... pero siéntate a escribir poemas azules como éste... siempre que quieras. Bss

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  9. Lua:

    Gracias por tus palabras. Dicen que el molde de las cosas determinan su belleza. Y el molde de estos versos es de una belleza interminable. Lo malo es el alfarero, que está a un mundo de dar la talla. ^_^.

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  10. MariCari:

    No mujer, los tiempos de las lágrimas y los sueños quedaron muy atrás. Mejor, como dices, sentarse a contemplar tanta belleza y si surge algún verso o algún relato, tanto mejor. La vida es demasiado corta para derramar amargura en algo tan hermoso como el mar Mediterráneo. Luego, cuando cerremos los ojos, habrá tiempo de llorar... o no.

    Gracias por tus palabras. Tomo nota. Un besito.

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