Conoces a alguien,
de la manera más fortuita,
sin pretenderlo,
algo se remueve en tu interior,
no sabes bien el porqué,
tu instinto actúa,
te habla con esa voz interior
que conoces tan bien,
recomendándote a frenar tu paso.
Confío plenamente en la casualidad,
ésta que me ha hecho conocerte.
Jamás intentaré olvidarte,
no podría aunque quisiera,
no podría conseguirlo,
y es que además no lo deseo,
mi corazón te pertenece,
como el tuyo a mi.
Adoro esos ojitos verdes tuyos,
ese brillo incandecente que desprenden
cada vez que mi aliento se posa en ti.
Esa sonrisa que tus labios dibujan
al verme acercarme a ti,
con paso firme, decidido.
De todos es sabido que no hay más belleza
que la que uno quiera ver,
que poco importa como lo vean otros,
tan solo existe tu precepción,
y crees en ella a pies juntillas,
porque tu corazón así te habla,
así te lo indica con sus latidos desbocados.
(Kanet)
Es lo único que importa.
ResponderEliminarBesos.
Pues al fin y al cabo si, es lo único que importa. Nadie puede añadir más, ni por supuesto quitar nada. El corazón así lo siente, no hay más..
EliminarUn beso Alfred
Bello tu sentir amiga, saludos a la distancia.
ResponderEliminarGracias Sandra, siempre es un placer leerte.
EliminarUn beso
Cada corazón mira como le apetece.
ResponderEliminarBesos.
Y que nadie se atreva a decirle si lo hace de una forma acertada o no. Va por libre.
EliminarUn beso Toro