Lectura misma que sale de esas estrellas que se alumbran con una gran sencillez y humildad, lo imaginario no existe, solo la realidad de mis proyectos humanos y que me hacen dialogar con todos los Santos eternos que llevamos como un ángel de la Guarda...
Mi espada es mi virtud y mi vida es de Dios, mi valentía no existe porque mi seguridad es mi ángel guardián, mi protector allá entre el cielo y la tierra...
Y es quien dice que para morir nacimos, solo sé que donde yo esté parado sería donde yo caería derrotado por el rival de mis sueños, por el enemigo oculto o por el que mata por la espalda con su arma más ponzoñosa, como lo es la difamación...
Confianza, confianza y amor a Dios para así triunfar ante el mal que no termina jamás...
Honor entonces al que merece el honor, tú mism@...
Nadie debe manejar los hilos de tu vida...
kanet maravillosa poesia. te considero una genial escritora un gran beso TQM
ResponderEliminarHola mi querido Carlos, José estará contento al ver que te ha gustado su obra, siempre es de agradecer el saber que lo que hace uno gusta y les provoca una reacción, por pequeña que sea.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu compañía, por hacerte visible día tras día, yo tan solo puedo regalarte estas palabras que con mucho gusto te escribo, palabras agradecidas sinceramente por tu calor humano diario.
Ten un hermoso día mi querido amigo, besitos azules mediterráneos, muassssss♥TKM
Nadie debe manejar los hilos de t vida... Precioso final.
ResponderEliminarUn abrazo azul ( o dos).
Hola mi querida kayla, yo también opino lo mismo que tú, que nadie debería ser dueño/a de la vida de otra hasta tal punto de anularle como persona y no dejarle espacio para ser él/ella mismo/a.
ResponderEliminarMe alegro que te guste la obra de José, es un gran poeta, tiene mucho que ofrecer aún y siempre que él quiera publicaré sus obras, aquí tiene su propio espacio.
Ten un buen fin de semana, besitos azules a manos llenas, muassssssss♥
Hay obras que pierden toda la energia al final pero en este caso, creo que toda su fuerza reside en el final justamente.
ResponderEliminarNadie debe manejar a otra persona, solo nosotros mismos somos dueños de nuestro destino.
Un gran beso para José y por supuesto, uno igual de grande para ti Kanet.