Cuando
el corazón
sangra
de tanto amor
que
le desborda,
duele
el solo recuerdo
de
la dulce mirada que un día
posó
en mi,
aquel
susurro que me regaló,
aquel
furtivo beso,
aquel
roce de labios robado
como
fruta prohibida,
y
lanzo un hondo suspiro
que
alivie mi pesar
de
tenerle lejos en estos instantes.
Volveré
a sonreír,
volverán
mis ojos a brillar,
volverán
a posarse sus labios en los míos,
y
mi corazón desbordará una vez más,
con
esa felicidad que me da
el
saberle junto a mi.
(KANET)