¡QUÉ TRISTE!

No necesito miles de visitas,
tampoco puedo devolverlas,
me siento bien con las que tengo,
pocas y selectas,
a las cuales puedo atender bien,
quizás no todos los días,
pero pongo mi empeño
en no dejar pasar mucho tiempo
sin dejar mi huella.
Vas cogiendo cariño
a unas personas invisibles,
que no sabes nada de ellas,
tan solo lo que dejan traslucir 
a través de sus letras,
de su sentir, que es lo que me emociona.
Este mundo de blogger
es tan efímero,
solo existes si te mueves,
si por la razón que fuera me ausentara,
no sé cuantos habrían que me echaran de menos,
si por la razón que fuera tan solo pudiera publicar,
no sé yo cuantas visitas recibiría.
Incluso algunos parece que se dediquen
a recabar comentarios tan solo.
La verdad que a veces me decepciona este mundo,
ya que uno es como es siempre,
a pesar de las visicitudes que la vida le depare,
aunque un día tenga buena inspiración
y escriba una retahila de poemas,
dejándolos programados para su publicación,
¿Qué vería a mi vuelta?
Absolutamente nada.
Si no te dejas ver,
nadie se deja ver.
¡Qué triste!
Quizás pida peras al olmo, no sé.
Quizás no debería importarme, no sé.

(Kanet)