Con la vista puesta a lo lejos,
sabiendo que ahí estás,
detrás de todo lo que se interpone entre nosotros,
no dándome por vencida,
lucharé hasta lo indecible
por posar mis labios sobre los tuyos una vez más.
Con solo pensarlo se me nubla la vista,
me tiemblan las piernas
y he de buscar apoyo.
Ese beso cálido que tanto conozco,
esa caricia suave que me hace languidecer
hasta caer rendida en tus brazos,
no sabiendo otro lugar más idóneo
en el que sucumbir a nuestra voluntad.
(Kanet)
El poema merece tener un final feliz.
ResponderEliminarOjalá.
Besos.
Estaba, estaba. Sé identificarlo entre los obstáculos y lo mejor de todo, sé como llegar a él ;)
EliminarBesitos muassssssss