02 septiembre 2014

Perseidas


Quizá sean deseos no pedidos
la lluvia que fascina a tu mirada,
esta noche de manos enlazadas
en tejados de algún reino perdido.

Quizá sean las lágrimas que han sido
testigos del conjuros de las hadas.
Y esta noche que mi hombro es tu almohada
y tu aroma el motivo de mi olvido,

nos vemos para siempre en el presente
en la luz de la estrella de Perseo
como un beso que dura eternamente.

Si pudiera pedir algún deseo,
pediría un contacto permanente
de dos labios que quieren su apogeo.

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