Sin motivos

Es verdad que no conozco
casi nada de tu mundo,
pero cambian mis segundos
cuando sueño con tu rostro
y la esencia de tu alma
sin motivos me da calma.
Y es que somos tan iguales,
que los polos de lo opuesto
son los parches de repuesto
de los que arreglan sus males
con cualquier cosa que pillan.
Es verdad que yo no sé
si te escudas en la furia
cada vez que la penuria
se apodera de tu ser,
o si tú eres como yo
que le pone corazón
y sonrisas a la fe
de encontrar la solución
a las cosas que nos queman
con los versos de un poema
que me da tu inspiración.
Es verdad que no sé nada
de tus miedos y manías,
pero sé que intentaría
despertar en tu almohada
y en tu vestido de flores
que tú llenas de colores
con tus pliegos de piel blanca.
Es verdad que no hay razón,
y no sé si tú eres terca
pero si te siento cerca
se acelera el corazón
y a los sueños de destellos
de querer morder tu cuello,
yo no encuentro explicación.
Ya no sé ni lo que sé,
y no sé ni por qué tiemblo
si perdido por tu pueblo
yo me siento renacer
al saber que aquella brisa,
con su música y caricia
lleva el roce de tu piel.
Yo no alcanzo a comprender
pero, ¿sabes?, no lo quiero
sólo sé que esto es sincero
porque tú lo haces nacer,
cuando yo me ato a tus lazos,
cuando sueño con tu abrazo
en el tibio atardecer
que yo encuentro en tu regazo
que me hace renacer.